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Pensar mucho es estupendo cuando se traza un plan de viaje o se piensa en cómo realizar un trabajo. En estos asuntos hay que pensar en todas las lagunas y desvíos. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de las relaciones. Pensar demasiado arruina las relaciones. Una relación se vuelve más difícil para alguien que piensa demasiado porque todos los escenarios posibles acaban con el abandono de tu pareja,engañándote o planeando matarte mientras duermes.
El resultado de pensar demasiado tiene en cuenta todas las rutas posibles, aunque sean un poco improbables, y aunque creas que estás siendo racional y todo eso, sólo estás perdiendo un trozo y la paz de tu mente.
Imagina que un nombre cualquiera aparece en la pantalla de tu pareja y con el tiempo relacionas las cosas más horribles que tu pareja podría estar haciendo, en asociación con sólo un nombre en la pantalla. Ser inseguro y no comunicarse adecuadamente podría traer un montón de pensamientos mentales innecesarios, del tipo de descifrar códigos de enigmas nacionales de agentes secretos.
Pero la mayoría de las veces, pensar demasiado también ocurre cuando has tenido experiencias pasadas en las que no prestaste suficiente atención. Quizá te engañaron y sólo más tarde te diste cuenta de que todas las señales estaban delante de tus ojos.
Así que, en tus relaciones posteriores, has perdido la capacidad de tomarte las palabras al pie de la letra. Crees que si un chico te dice que eres mona, sólo lo hace para que te sientas mejor. O si tu pareja se fija en alguien, puedes pensar que ya no eres atractiva.
5 señales de que una relación da demasiadas vueltas a las cosas
Cuando estás en una relación, sobre todo si es nueva y emocionante, es fácil flotar a lo largo del día con pensamientos sobre tu pareja en la cabeza. Incluso cuando la relación crece y desarrolla unas piernas firmes y sólidas sobre las que sostenerse, los pensamientos que giran en torno a vuestra pareja son válidos.
Sin embargo, cuando esos pensamientos crecen más que tú y empiezan a ocupar cada vez más tu tiempo cuando deberías centrarte en otras cosas, quizá sea buena idea tirar un poco de las riendas.
Cuando empiezas a obsesionarte con pequeñas cosas dichas y no dichas, hechas o no hechas, la mente puede engañarte haciéndote creer cosas que no existen. Éstas son las señales del exceso de pensamiento.
1. Siempre piensas en lo peor
Si tu cónyuge no contesta al teléfono, empiezas a pensar que puede haber sufrido un accidente; si tu hijo se presenta a un examen, temes que se desmaye en la sala; si tu vecino ha contraído Covid 19, estás seguro de que tú también lo contraerás.
Recuérdate a ti mismo que pensar demasiado está todo en la cabeza, pero cuando una persona está constantemente suponiendo lo peor, hay respuestas psicológicas, que pueden acabar descarrilando la calidad de la relación.
2. Creas situaciones improbables en tu mente
"Cuando era adolescente, cada vez que tenía un episodio de malestar estomacal con náuseas y vómitos, mi madre asumía que estaba embarazada. Siempre pensaba demasiado en nuestra relación y asumía lo peor de mí. Pensaba que suspendería las notas, que me drogaba y si llegaba tarde a casa siempre suponía que me había escapado con mi novio", cuenta Naomi (nombre ficticio).
Ninguna razón es suficientemente buena para los que piensan demasiado y pueden seguir discutiendo eternamente, y aunque lo saben, no pueden pararlo. Ése es el peor signo de pensar demasiado en una relación.
3. Te vuelves irracional
El otro gran problema de pensar demasiado es que nubla tu sentido de la racionalidad y, aunque creas que estás siendo sensato y convincente, eres cualquier cosa menos eso.
A continuación se explica por qué una relación es más difícil para alguien que piensa en exceso: somete constantemente a su pareja y a su familia a un estrés extremo debido a sus pensamientos irracionales excesivos.
Si piensas demasiado, cada vez que tu marido va a pescar temes que se caiga de la barca y se ahogue en el lago, así que le llamas 50 veces para comprobar si está bien. Imagina la situación de tu marido.
Ver también: ¿Soy egoísta en mi relación?4. Eres demasiado desconfiado
Un nombre desconocido aparece en su móvil y tu radar se activa. Se encuentra con una amiga de la universidad en una fiesta y habla de ella y te estresas.
Sospechas tanto que incluso acabas comprobando su teléfono sabiendo perfectamente que es algo que nunca deberías hacer.
Pensar demasiado arruina las relaciones y lo más probable es que incluso seas consciente de que lo que estás haciendo es perjudicial para tu relación, pero no puedes hacer frente a los signos del exceso de pensamiento.
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5. Tu imaginación es fértil
Podrías haber usado esta imaginación para hacer una gran escritura creativa, pero en vez de eso la usas para pensar demasiado y arruinar tu relación.
Usted justifica absolutamente la frase: Construir montañas a partir de toperas. Esto tiene un efecto terrible en la gente que le rodea porque siempre está entrando en pánico, preocupándose y creando un ambiente perturbador en casa.
Si estás en la playa y las olas son especialmente altas, puedes llegar a pensar que un tsunami está en camino y no te soltarás hasta hacer que abandonen la playa.
10 maneras en que pensar demasiado arruina las relaciones
Como habrás comprendido por los signos de sobrepensamiento, estar en vilo todo el tiempo preocupándose y entrando en pánico tiene sus efectos negativos.
Aquí tienes 10 formas en las que pensar demasiado arruina tu relación.
1. Tu desconfianza mata la relación
Como el pesimismo es tu mejor amigo en este momento, las cosas buenas rara vez llaman tu atención. Así que tu pareja, a la que conoces desde hace tiempo, de repente se convierte en un probable infiel y mentiroso en tu cabeza.
Aunque hagan todo lo posible y no te dejen lugar a dudas, no puedes evitar suponer constantemente lo peor e incluso sientes que mienten constantemente en la relación.
Tus constantes sospechas se vuelven intolerables para tu pareja, que en última instancia podría querer salir de la relación. Así que tu exceso de pensamientos puede arruinar tu relación.
2.Te pierdes completamente en el proceso de pensar demasiado
Es posible que te enfrentes a tu pareja por cosas o que tengas arrebatos emocionales por cosas que crees que están pasando.
Al cabo de unos meses, te has convertido en una persona perpetuamente preocupada y triste que se pelea por cosas sin importancia. La persona en la que te has convertido también te preocupa, pero eres incapaz de dejar de serlo.
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3. Todo está en el extremo del espectro
Nada tiene término medio. Ninguna explicación normal te sirve. Tienen que estar en los extremos del espectro de la razón.
Como hemos dicho antes tu forma de pensar exagerada te lleva a niveles extremos de imaginación. Si tu marido se ha ido de viaje de trabajo sigues pensando si se está divirtiendo con una compañera cuando en realidad está trabajando duro y recogiendo regalos para ti.
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Imagina su apuro cuando vuelve a casa y tú no dejas de acusarle de engañarte y de desatenderte emocionalmente porque ahora estás al borde del abismo después de pensarlo demasiado. Tu reacción le deja un sabor amargo en la boca y se siente fatal, lo que crea una brecha en la relación difícil de arreglar.
Ver también: Salir con tu mejor amigo: 10 consejos para una relación fluida4. Estás siempre paranoico
La falta de confianza, unida a un exceso de pensamientos, hace que crezca la paranoia de que alguien está irrumpiendo en tu relación. El comportamiento obsesivo compulsivo de saber dónde está tu pareja cada minuto del día es tu paranoia.
Incluso no dejas de pensar: "¿Me está engañando o estoy paranoica?" Pero apenas puedes controlar tus propios sentimientos y sigues sumergiéndote en el oscuro hueco de pensar demasiado.
También sigues pensando en accidentes, enfermedades mortales e incendios y calamidades que afectan a tu familia. Crees que tu paranoia los mantiene a salvo, pero les estás haciendo un daño incontrolable.
5. Sin soluciones, más complicaciones
Como no hay razonamiento lógico que valga, porque siempre encontrarás una forma de eludirlo, se te ocurren explicaciones estrafalarias para explicar la razón dada. No tienes ninguna solución a tus problemas; sólo un enorme montón de problemas más irracionales.
Se convierte en una pesadilla vivir contigo y no te das cuenta de que pensar demasiado está arruinando tu relación. El estrés constante que sientes lo transmites a tu familia. Magnificas los problemas y nunca buscas una solución.
6. La confianza desaparece de la relación
En el proceso de pensar cosas y ser pesimista, la confianza desaparece por completo de la relación. La paranoia puede llevar a enfrentamientos que pueden crear más brechas en la comunicación.
Si tienes motivos para creer que tu pareja no es de fiar, perder la tranquilidad no ayudará a nadie. En el proceso de todos estos pensamientos pesimistas, replanteamientos y sobrepensamientos, los problemas de confianza siguen asolando la relación.
La comunicación es clave para una relación sana. Uno puede intentar comunicar todos los pensamientos que tiene en la cabeza, sólo para desahogarse y una pareja leal lo entenderá.
7. Desarrollas problemas de ansiedad
Pensar demasiado conduce a problemas de ansiedad. Estás siempre ansioso y desarrollas tendencias como el doble envío de mensajes de texto. Te enfadas mucho cuando tu pareja o tus hijos no te envían un mensaje de texto inmediatamente y, fiel a tu naturaleza, empiezas a pensar lo peor.
Así es como pensar demasiado arruina tu relación y tu pareja siente que estás constantemente detrás de ella vigilando su paradero.
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8. Tu sobrepensamiento silencioso actúa como un veneno lento
Cuando piensas demasiado, puede que no lo expreses siempre, pero tus acciones empiezan a actuar como un lento veneno en la relación. Pensar demasiado puede volverte controlador y manipulador porque quieres que todo salga a tu manera.
Si las cosas no salen como tú quieres, te pones ansioso, así que te esfuerzas al máximo por controlar todas las situaciones y eso hace que tu pareja se sienta totalmente claustrofóbica.
9. Le quita toda la felicidad a la relación
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste realmente feliz y relajado? ¿Pasaste un día con tu pareja sin sentir que algo iba a salir mal? Pensar demasiado en las relaciones puede estar acabando con ellas por completo, porque nunca se está en un estado mental relajado.
No dejas de pensar en cómo hacer feliz a mi mujer, pero acabas estando tan tenso y ansioso que la felicidad se convierte en una ilusión en vuestra relación.
10. Tu pareja empieza a buscar una salida
Tus pensamientos exagerados se convierten en un problema en tu relación hasta el punto de que tu pareja siente que la soga se le va apretando alrededor del cuello poco a poco.
¿Te imaginas cómo es la vida de tu pareja con alguien que está constantemente inseguro, ansioso, que magnifica cada pequeña situación hasta convertirla en el peor escenario posible y no para de dar la lata con eso?
Es inevitable que tu pareja busque una salida a una relación así. Una vez que se haya ido te darás cuenta de cómo el exceso de pensamientos ha arruinado vuestra relación.