La importancia de dejar marchar a la gente

Julie Alexander 12-10-2023
Julie Alexander

"Si amas a alguien, déjalo libre. Si vuelve, es tuyo. Si no, nunca lo fue". Todos hemos oído alguna vez este dicho popular sobre la importancia de dejar marchar a las personas. Pero, ¿qué significa realmente? Algunos creen que todo está en manos del destino. No importa lo locamente enamorado que estés de alguien si el destino no está de tu parte.

Sin embargo, mi interpretación de este viejo dicho es que no puedes obligar a nadie a quererte, a quedarse contigo y a envejecer contigo. Tienes que darle la libertad de elegirte a ti antes que a cualquier otra persona. Ninguna cantidad de ruegos, súplicas y súplicas puede hacer que se quede.

Dejarlo ir tampoco significa que tengas que dejar de quererlo. Puedes querer a alguien y aun así dejarlo ir. No estás renunciando a él ni enterrando el amor que sientes por él, simplemente te estás convirtiendo en una prioridad.

Por qué seguimos aferrándonos a quienes amamos

¿Por qué es tan difícil dejar marchar a las personas, especialmente a las que amamos? Porque es fácil aferrarse. Aferrarse puede parecer reconfortante porque la alternativa -la idea de dejar marchar a alguien a quien amas- crea una incertidumbre que quizá no estemos preparados para afrontar. Tememos el vacío que va a crear. El dolor de aferrarse se vuelve tan familiar que olvidamos que es nuestro enemigo y que esdañándonos.

Esperamos que, aferrándonos a alguien a quien amamos, podremos conservar el amor y la felicidad en nuestras vidas para siempre. Eso no puede estar más lejos de la realidad. Cuanto más te aferres a alguien y le obligues a permanecer en tu vida, más asfixiado y atrapado se sentirá. Eso no es amor. El amor es libertad positiva. Es cuando tú y la persona a la que amas os sentís libres en la relación.

Mucha gente piensa que si quieres a alguien, mueves cielo y tierra por él. Pero, ¿merece la pena hacer lo que sea para que otra persona te quiera a costa de perderte a ti mismo? Sí, uno pone de su parte para que una relación funcione. Se esfuerza por igual. Se compromete por igual. Respeta por igual y pone límites.

Pero, ¿qué ocurre cuando ese equilibrio se rompe? Os separáis. Vais a ritmos diferentes mientras intentáis desesperadamente estar en la misma página. Dormís y os despertáis en la misma cama que no ha sido testigo del amor en muchas semanas o incluso meses.

Otras razones por las que seguimos aguantando:

Ver también: 8 sorprendentes errores que cometes y que hacen que tu pareja se sienta menos apasionada
  • Te obsesiona la idea de que te quieran. Hay una delgada línea entre ser amado y amar la idea de ser amado. Cuando confundes ambas cosas, tiendes a aferrarte a una persona mucho más tiempo del necesario...
  • Tienes miedo del dolor que te va a causar dejar ir. En este momento, ya estás pasando por mucho dolor. Para añadir más, todo el proceso de dejar ir parece insoportable y no sabes si hay maneras de volver a encontrar la felicidad sin la presencia de esta persona
  • Todavía tienes esperanzas de que las cosas funcionen entre tú y tu pareja o interés romántico. Tal vez, en el fondo, también sabes que esta esperanza es inútil. Si quisieran quedarse, se habrían quedado.
  • El futuro puede ser desalentador, pero hay que confiar en el universo. Cuando una puerta se cierra, otra se abre.

No cabe duda de que el amor va acompañado de emociones positivas y negativas. Viene acompañado de buenos y malos momentos. ¿Sigue siendo amor cuando no te sientes feliz? ¿Sigue siendo amor cuando ocultas tus verdaderas emociones? Definitivamente no es amor cuando ocultas tus penas y finges que todo va bien. Cuando no hay satisfacción ni felicidad, es hora de dejarlo ir.

Porque ¿qué sentido tiene estar en una relación que constantemente te causa dolor? Sí, cada persona es responsable de su felicidad. No puedes esperar que alguien te haga feliz, pero eso no significa que otra persona tenga autoridad para causar infelicidad en tu vida.

¿Es posible crecer más que las personas?

Es natural superar a las personas. Llegará un momento en que superes a tus amigos y amantes. Un estudio de la Universidad de Oxford confirma que es a los 25 años cuando tanto hombres como mujeres empiezan a superar a sus amigos. Eso se debe principalmente a que, a medida que crecemos, tenemos objetivos diferentes en la vida. Tenemos prioridades distintas.

La vida nunca es constante. Siempre habrá cambios esperándonos a cada paso del camino. Crecemos, cambiamos, y también lo hace nuestra dinámica con nuestros amigos. Las amistades sí duran para siempre, pero simplemente no se encuentran a menudo. No hay resentimiento ni sentimientos hostiles hacia ellos, simplemente los superas y ya no ves la necesidad de pertenecer a ellos como lo hacías durante tu adolescencia. Lo mismo puede ocurrir condos miembros de una relación romántica.

¿Cómo decidir cuándo dejar marchar a alguien?

Una persona puede decirte 50 veces al día que te quiere, pero la cuestión es si sus acciones te hacen sentir amado. Mi antiguo amante solía decir: "Nadie puede quererte tanto como yo". Esas palabras me hacían desmayarme cada vez. Resumiendo, me engañaba. Nunca se trata de susurros dulces y grandes gestos.

Se trata de esfuerzo. Cuando yo hacía todo lo posible para mantenerle contento, él estaba fuera comprando flores para otra persona. Al final, sus palabras no sirvieron de nada porque se necesita un esfuerzo constante por parte de ambos miembros de la pareja para mantener una relación sana y armoniosa. No puedes ser el único que lo hace todo mientras la otra persona te lleva a una cita, te dice unas cuantas cosas románticas y dulces, te deja de vuelta en casa, yluego vuelve a casa para acostarse con otra.

Lo amaba porque amarlo me hacía feliz y la idea de que él me correspondiera me hacía sentir extasiada. Era nada menos que euforia. Cuando no recibí el mismo amor, esfuerzo y honestidad a cambio, opté por dejarlo ir. Pero el dolor que me causó permaneció durante mucho tiempo. En palabras sencillas, perdí la esperanza.

Después de mucho odio hacia mí misma, ansiedad no resuelta tras la ruptura e inseguridades acumuladas, me di cuenta de que estaba malgastando mis días deseando que algo no fuera cierto. No podía volver atrás en el tiempo y hacer que deshiciera esas cosas. ¿Por qué malgastar mis años lamentándome por alguien que ni siquiera hizo lo mínimo en la relación? Fue entonces cuando supe que había llegado el momento de seguir adelante con la cabeza bien alta.

Ver también: 8 maneras de alejarse del amor y evitar el dolor

Éstas son algunas señales para saber que ha llegado el momento de dejarlos ir:

  • Cuando has olvidado lo que se siente al ser feliz
  • Cuando tus inseguridades son tan altas que acabas odiándote más y más cada día
  • Cuando estás constantemente poniendo excusas a tu pareja o engañándote a ti mismo creyendo que las cosas mejorarán
  • Todo te agota física y emocionalmente
  • Sientes que te agobian y te asfixian
  • Cuando aferrarte te está frenando en la vida

Cuando dejas ir a alguien, no puedes esperar olvidarte por completo de esa persona. Los pensamientos, los recuerdos y las cicatrices perdurarán durante muchos años después de pasar página. Es entonces cuando tienes que recordarte a ti mismo si merece la pena pensar en esa persona y aferrarse a ella, porque aferrarse hace mucho más daño que dejarla ir.

Por último, el acto de dejar ir

Hoy en día, el lema "Olvídalo" se ha simplificado demasiado. ¿Te han hecho daño? Olvídalo. ¿No has conseguido entrar en la universidad de tus sueños? Olvídalo. ¿Te has peleado con un amigo? Olvídalo. ¿Te has enfrentado a la pérdida de un ser querido? Olvídalo. En este proceso, parece que nos hemos olvidado de comprender el dolor y la lucha a los que se enfrenta una persona para superar algo. Olvídalo no es una cura instantánea para todos los males del corazón.y la mente. Lleva tiempo. Es un proceso muy lento. Pero al final lo conseguirás.

Qué sensación cuando aprendes a soltar. Es duro, sí. Te dolerá soltar pero es necesario para tu crecimiento. Cuando aprendas a soltar emocionalmente, te sentirás más ligero. Las rupturas o cualquier pérdida amorosa pueden traer mucha tristeza y te encuentras en las etapas del duelo.

Cuando el camino parece imposible, ayuda recordar que, entre todas las angustiosas etapas del duelo, la última es la aceptación y el abandono. Y eso vale todas las noches de insomnio y las almohadas manchadas de lágrimas. Tienes que entender por qué ha ocurrido. Una vez que lo hayas aceptado, tienes que averiguar qué quieres sacar de esta experiencia que te ayudará a seguir adelante y a ser una persona mejor.persona.

Indicadores clave

  • Dejarles ir no significa que tengas que dejar de quererles
  • El esfuerzo, el compromiso y la honestidad en una relación determinan si te quedas y luchas por tu futuro o lo dejas ir y te centras en seguir adelante.
  • Es natural llorar la pérdida del amor, pero hay que seguir adelante.

La aceptación es la clave de una mente sana. Te enamoraste. No funcionó. Rompiste. La idea de dejar ir lo que pensabas que sería tu vida va a ser desgarradora, pero no es imposible. Esa relación ha contribuido positivamente a lo que has llegado a ser hoy. Apreciala. Pero no te desesperes por su pérdida ni trates de aferrarte a sus restos. Cuanto más tiempo mantengas esecuerda, más te rasgará la piel.

Julie Alexander

Melissa Jones es una terapeuta licenciada y experta en relaciones con más de 10 años de experiencia ayudando a parejas e individuos a descifrar los secretos para relaciones más felices y saludables. Tiene una maestría en terapia matrimonial y familiar y ha trabajado en una variedad de entornos, incluidas clínicas comunitarias de salud mental y práctica privada. A Melissa le apasiona ayudar a las personas a construir conexiones más fuertes con sus parejas y lograr una felicidad duradera en sus relaciones. En su tiempo libre, le gusta leer, practicar yoga y pasar tiempo con sus seres queridos. A través de su blog, Decode Happier, Healthier Relationship, Melissa espera compartir su conocimiento y experiencia con lectores de todo el mundo, ayudándolos a encontrar el amor y la conexión que desean.