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"¿Por qué no podemos tener una cena tranquila en casa?" "Todos mis amigos vienen a la fiesta. Será divertido." "Nunca es divertido para mí con ustedes imbéciles ..." "Podría ser, si no fueras tan b*t%$ todo el tiempo"
Y así, una simple conversación sobre la cena se ha convertido en una tóxica sesión de insultos. Por desgracia, no se trata de una situación que ocurra una vez cada dos por tres. Los insultos en las relaciones son quizá el problema más común, pero menos discutido, del amor moderno.
¿Qué son los insultos?
Insultar es utilizar las palabras no para conectar, sino para herir a la otra persona. Cualquier cosa, desde insultos y abusos hasta burlas de los atributos físicos de la persona, es insultar. Incluso estigmatizar a una persona por un fallo o un percance ocasional es una forma de insultar.
Algunos lo utilizan para herir emocionalmente a la víctima y atacar su autoestima. Para otros, es una diversión inofensiva. En las relaciones sanas, suele ser lo segundo. Pero esto es lo que pasa con los insultos y los calificativos en las relaciones: nunca se sabe qué puya va a calar hondo.
Ver también: Hombre y mujer tras una ruptura: 8 diferencias vitalesUna vez que una relación queda atrapada en el pantano tóxico de los insultos, toda la dinámica se vuelve amarga. Te encuentras recurriendo a ellos durante las discusiones de pareja, y las cosas sólo empeoran a partir de ahí. Muy pronto, los insultos se convierten en el elemento básico de la mayoría de las conversaciones.
Ejemplos de insultos en las relaciones
Estoy seguro de que la mayoría de vosotros estaréis de acuerdo en que insultar es malo en una relación. Sin embargo, puede que lo hagáis a menudo sin daros cuenta. Lo he visto con bastante frecuencia en mi círculo de amigos y en mi familia.
Mi tío tiene la costumbre de no utilizar nunca el nombre de una persona para dirigirse a ella. Cree en la creación casera de títulos únicos para todos los miembros de la familia. Es una forma de demostrar su amor por nosotros. Mi título -gracias a mis dientes de conejo- es "Bugs Bunny". La mayoría de mi familia ya está acostumbrada a los nombres. Pero en los días malos, mi tío suele recibir muchos enfados. Normalmente, de su mujer por llamarla de forma equivocada.de nombres en los lugares equivocados.
Es perfectamente comprensible. Para algunas personas, puede resultar difícil separar las bromas divertidas y entrañables de los insultos hirientes y pasivo-agresivos, lo que conduce a signos reveladores de una mala comunicación en la relación. Echa un vistazo a los siguientes ejemplos:
"Dios mío, ¿por qué eres tan molesto?" "¡Eres un tacaño!" "¡Eres repugnante!" "¡Qué patético perdedor eres!" "¡Eres tan tonto!"
Ahora bien, ¿cuáles de las anteriores te parecen especialmente desagradables y cuáles te parecen completamente inofensivas? No dejes de preguntarle también a tu pareja. Es muy posible que tenga una opinión diferente.
11 formas en que los insultos dañan las relaciones de pareja
Martin Teicher, psicólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, ha teorizado que los adultos jóvenes que sufren abusos verbales durante la infancia corren un alto riesgo de desarrollar síntomas psiquiátricos en etapas posteriores de su vida. El estudio sugiere que los insultos repetidos en grupos de iguales pueden provocar depresión, ansiedad e incluso disociación. Los insultos repetidos en las relaciones de pareja pueden tener consecuencias similares.
Cuando el abuso verbal proviene de las personas más importantes de tu vida, su efecto se magnifica. Los insultos en las relaciones son peligrosos no sólo para la dinámica de la pareja, sino también para su salud mental individual. Descubramos cómo afectan los insultos a una relación:
1. Los insultos provocan inseguridades
En las relaciones sentimentales, sin embargo, el efecto es mucho más potente. Tu pareja es la única persona que conoce tus inseguridades más profundas, así que cuando recurre a los insultos, el dolor es mucho más agudo.
Habrá momentos en los que os pelearéis y os diréis cosas no tan dulces. Pero es importante mantener los aspectos más vulnerables del otro fuera de vuestro alcance. Así que, incluso cuando te enfades mucho con tu pareja, recuerda evitar abordar temas que sólo te han confiado a ti.
2. Falta de respeto
El amor puede ser eterno, pero fluye y refluye en una relación a largo plazo. Hay días en los que tu pareja te vuelve loco y es imposible seguir colmándole de amor. El único factor que te mantiene en pie en esos días es el respeto en una relación. El respeto por el tipo de ser humano que es tu media naranja. El respeto por sus cuidados y sacrificios. Si este respeto se extingue, la relación...es como si hubiera terminado.
Los insultos pueden ser muy perjudiciales para el respeto mutuo en la pareja. Aunque ocurran en el calor del momento, los efectos de los insultos en las relaciones pueden ser profundos. Pueden hacer que tu pareja se sienta poco querida y faltada de respeto al mismo tiempo.
9. Los insultos destruyen la confianza
No hay mayor abuso de confianza que utilizar las vulnerabilidades más íntimas de alguien en su contra. Precisamente por eso, los insultos en una relación son una forma de traición. Cuando dos personas tienen una relación, se abren a su yo más vulnerable.
Compartir lleva implícita la confianza de que ambos protegerán la vulnerabilidad del otro. Por eso, cuando insultas a tu pareja y atacas su lado vulnerable, estás rompiendo su confianza. Puede ser muy difícil reparar una relación una vez que los problemas de confianza empiezan a enconarse.
10. Pretende dominar
Insultar es acosar, simple y llanamente. Las personas que insultan en sus relaciones tienen la necesidad de dominar a su pareja. Menosprecian a la otra persona mediante insultos y abusos verbales para acariciar sus propias inseguridades. Lo peor de todo es que la víctima acaba volviéndose cada vez más dependiente de la aprobación del acosador.
Atacar las debilidades emocionales de una persona es tan malo como el maltrato físico. Aunque no se note, los insultos dejan cicatrices mentales que pueden durar toda la vida.
11. Nunca sale nada bueno de ello... ¡Nunca!
Las peleas y las discusiones son inevitables en cualquier relación. Una riña de enamorados ocasional y alguna discusión pueden ser saludables para la relación, siempre que al final terminen. Cerrar bien una discusión es tan importante como el motivo de la misma. No hay absolutamente ningún escenario en el que los insultos puedan resolver una discusión. En todo caso, pueden empeorarla.
Tomemos el ejemplo de Amanda y Steve. Las discusiones en su relación tomaron un cariz peligroso cuando Amanda, en un arrebato de ira, profirió los insultos más célebres contra Steve, que respondió rompiendo su portátil en pedazos y abalanzándose sobre ella para casi golpearla. Esto es lo que ocurre cuando se recurre a los insultos para desahogar la rabia. Llevará a tu pareja a devolverte los insultos o a dejar de hablarte por completo.Ninguno de los dos hace ningún bien a la discusión en cuestión o a la relación en general.
Ahora que ya sabes cómo afectan los insultos a una relación, hablemos de cómo afrontarlos. En una relación sana, los insultos casi siempre son involuntarios. Y la estrategia para resolverlos es bastante sencilla: NO seas mordaz. NO vayas al grano. Utiliza todas las palabras a tu alcance para expresar tus sentimientos. Habla con el corazón y anima a tu pareja a hacer lo mismo.
El razonamiento que subyace a este consejo es sencillo: cuanto más hables de lo que te molesta, mejor te sentirás. Al mismo tiempo, no hace falta que recurras a bromas pesadas para dejar claro tu punto de vista.
Ver también: 12 formas de decir "te quiero" en código matemáticoA veces, la gente sabe muy bien que insultar es malo en una relación, pero eso no impide que lo hagan. Resolver estos casos puede ser más complicado, ya que implica descifrar el funcionamiento subconsciente de la persona. Buscar orientación profesional es lo más sensato en estos casos.
Antes de terminar, un recordatorio amistoso: los insultos suelen estar muy arraigados en nuestro vocabulario. La mayoría de nosotros los adquirimos durante la infancia y puede ser un aspecto difícil de desechar. Pero debemos desecharlos. Sobre todo, si te están haciendo daño a ti y a tus seres queridos. Después de todo, no todos los hábitos del pasado merecen un lugar en tu futuro.
Preguntas frecuentes
1. ¿Están bien los insultos en las relaciones?En realidad, depende de la dinámica que compartas con tu pareja. Si los insultos se utilizan como una forma de mostrar afecto o de añadir un toque lúdico a la relación, entonces está bien. Sin embargo, la clave está en la moderación. Incluso cuando se bromea, los insultos deben guiarse por un sentido de empatía. Si los insultos de tu pareja te molestan, entonces tienes que dejar de hacerlo. No importa cuál sea la intención en este caso.escenario porque el resultado es inaceptable.
2. ¿Hasta qué punto son perjudiciales los insultos en una relación?Los insultos pueden ser muy perjudiciales para la dinámica que comparte una pareja. Los insultos repetidos van minando la confianza y el respeto que se tienen mutuamente. Debilitan la relación y la paz mental de las personas implicadas. Los insultos en las relaciones son, en el mejor de los casos, molestos para el receptor y, en el peor, pueden dañar irreparablemente la relación.Hay muchos ejemplos de relaciones en las que los insultos han llevado a la pareja a odiarse mutuamente. 3. ¿Cómo afrontar los insultos en una relación?
Un enfoque directo y honesto suele ser la mejor solución para la mayoría de los problemas de pareja. Hable con su pareja sobre cómo le molestan los insultos. Intente tener esta conversación en un momento adecuado. Hablar de ello inmediatamente después de una pelea puede hacer que su pareja se ponga a la defensiva o se sienta demasiado culpable.Otra forma de tratar el problema es a través de la terapia de pareja.La orientación profesional puedellamar la atención sobre los aspectos menos obvios del problema y ofrecer soluciones probadas. En casos extremos, poner fin a la relación puede ser la opción correcta a largo plazo.