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Querido esposo,
No sé de dónde vienen estos problemas de confianza. ¿Por qué cada hombre con el que hablo es un posible usurpador de tu puesto? ¿Que cada acción mía es vista como algo más de lo que es? ¿Por qué crees que te oculto cosas?
¿Por qué eres un marido inseguro y dudas de mi amor por ti? Y si eres inseguro, en vez de pelearte conmigo, ¿por qué no me empapas tanto de tu amor que estarás seguro de que nadie podrá ocupar tu lugar?
Ver también: Lencería- 8 razones para usarla primero para ti - ¡y ahora!Cada vez que dices una mala palabra, cada vez que me alejas, me haces daño. Y guardo ese daño en mi corazón. Una pelea y el maquillaje nunca me lo quitarán. El daño se acumula, como una torre. Y dentro de esa torre, me quedo.
Y es desde dentro de esa torre desde donde lucho y digo palabras mezquinas que parecen piedras que te lanzan. Palabras que parecen balas.
Ver también: Las 11 mejores películas de Hollywood sobre el engaño en una relaciónProblemas de confianza: Tu sospecha es como una daga en mi corazón
¿Recuerdas la última vez que me llamó mi novia? Me hablaba con voz de hombre. Era un juego al que jugábamos. Y tú pensaste que era otro hombre con el que hablaba. Me preguntaste quién era y yo dije su nombre y pensaste que mentía.
No te mentí. Nunca lo haría. Pero tu sospecha me atravesó el corazón como una daga. Querías ver mi registro de llamadas. Me negué a mostrártelo. ¿Sabes por qué no te lo mostré? No te lo mostré porque quería que confiaras en mí.
Quería que confiaras en mí porque sabía que no me equivocaba. Si alguna vez fuera culpable, elegiría demostrarte cada incidente en el que no lo fui. Tus problemas de confianza son desgarradores para mí y no quiero sentirme atacada todo el tiempo. Como si esos pocos momentos de no culpabilidad borraran todos los momentos en los que realmente había sido culpable. Pero no soy culpable de adulterio.
No depende de mí despejar tus sospechas
No tengo que aclarar todos los malentendidos que puedas albergar por tus problemas de confianza. Sé que nadie podrá ocupar nunca tu lugar en mi vida. Eso me basta. Y debería bastarte a ti.
Nuestra química es una locura y tú también lo sabes bien. Incluso nuestras peleas son tan apasionadas que a veces, cuando tenemos diferencias, elijo pelear antes que quedarme callada. Y cuando digo que me divorciaré de ti, es lo último que quiero hacer. Lo digo porque estoy herida y una especie de placer sádico me hace decir esto y estar más herida.